JOYERÍA DI MECO

Nuestra historia

Tenía diez años cuando me encontré ante un espectáculo que cambiaría para siempre mi relación con la joyería. Mi abuela Luigia, en Italia, abrió su caja fuerte y vertió delicadamente su contenido sobre la mesa. Las joyas de la familia, bajo el sol de la tarde que se filtraba por las ventanas, brillaban transformándose en estrellas, un brillo importante reflejándose en el techo, tan fuerte que casi se podía oír. Al crecer en una familia de cinco mujeres, mi amor por las joyas de oro se hizo más profundo y, en Italia, la cultura de la joyería y la alta joyería es una herencia transmitida de generación en generación, y yo estaba destinada a ser parte de ella. Mi amor por la joyería floreció en Nueva York, donde, junto con mi esposa Sammy, fundé Di Meco Jewelry. Cada pieza de joyería que vendemos es el resultado de una pasión compartida y un compromiso con la excelencia.